La revista satírica alemana Titanic publicó su edición de agosto con un nuevo y provocativo 'collage' del Papa Benedicto XVI. La portada muestra al Sumo Pontífice con huellas de labios y manos femeninas en su sotana.
Las manos del Papa están manchadas de rojo, pero la revista Titanic tituló su última edición: “No hay razones para quejarse: ¡el Papa está limpio!”.
El número anterior de la publicación satírica fue objeto de una demanda judicial por las ofensivas imágenes del líder de la Iglesia Católica. El númerode julio reproduce en la portada una imagen del Papa Benedicto XVI con una mancha amarilla en su traje debajo de la cintura y en la contraportada otra de espaldas con una mancha marrón a la misma altura.
La edición estaba dedicada a los escándalos del Vaticano en los últimos años, que abarcan desde la corrupción hasta la pedofilia. Los editores de la revista decidieron continuar vendiendo el número pero con la portada en blanco, mientras su director Leo Fischer se prepara para enfrentar una batalla judicial. Rechaza que la revista haya dañado la reputación del Papa y lamenta que el Sumo Pontífice, de origen alemán, "nos haya malentendido".
Fischer no descarta que este número también sea sujeto a una investigación judicial. “Damos las gracias al Sumo Pontífice por su interés en nuestra publicación y volvemos a pedir su bendición”, dijo Fischer.
El escándalo anterior ha aumentado drásticamente el interés de los lectores por comprar la revista.
El número anterior de la publicación satírica fue objeto de una demanda judicial por las ofensivas imágenes del líder de la Iglesia Católica. El númerode julio reproduce en la portada una imagen del Papa Benedicto XVI con una mancha amarilla en su traje debajo de la cintura y en la contraportada otra de espaldas con una mancha marrón a la misma altura.
La edición estaba dedicada a los escándalos del Vaticano en los últimos años, que abarcan desde la corrupción hasta la pedofilia. Los editores de la revista decidieron continuar vendiendo el número pero con la portada en blanco, mientras su director Leo Fischer se prepara para enfrentar una batalla judicial. Rechaza que la revista haya dañado la reputación del Papa y lamenta que el Sumo Pontífice, de origen alemán, "nos haya malentendido".
Fischer no descarta que este número también sea sujeto a una investigación judicial. “Damos las gracias al Sumo Pontífice por su interés en nuestra publicación y volvemos a pedir su bendición”, dijo Fischer.
El escándalo anterior ha aumentado drásticamente el interés de los lectores por comprar la revista.